El arcángel que
gobierna la quinta sefirah es כמאל
Camael o סמאל Sammael.
כמאל
Camael, de la raíz כמה (camaj),
«languidecer, desfallecer, suspirar, anhelar, ansiar». כמאל Camael «El que ansía a B’H».
שמאל o סמאל Sammael es un arcángel y/o un
demonio. ¡Y no un arcángel o un demonio cualquiera! Sammael además de regir como ángel en la quinta sefirah, forma parte de las qlifot, ocupando el lado izquierdo de Hod.
סמאל, Sammael con ס (samej), tiene dos posibles raíces. סם (sam) «fragancia, aroma, elixir», «remedio, medicamento», «droga» o
«veneno». La otra posible raíz es סמא (sama) «cegar, quedarse ciego, ofuscar».
שמאל, Sammael con ש (sin), proviene de la palabra שמאל (Shmol) «izquierda, siniestra». Sammael
es «la izquierda de D’s», su lado siniestro. Pero originalmente, en la Tanaj,
en hebreo bíblico, שמאל significa «norte, septentrión». Así que en algún momento,
Sammael fue «el norte de D’s»
Como ángel, es un
ángel de la muerte מלאך־המות. Se le menciona en determinados textos, como el ángel que luchó
con Jacob, o el ángel que tentó a Eva disfrazado de serpiente.
Como no es
extraño, la dualidad sigue persiguiendo al ángel Samael. Es al mismo tiempo, «el veneno» y «el remedio» de B’H. Y
puede provocar una ceguera real o imaginaria. Es un ángel de la muerte, que
puede salvar o condenar, porque la muerte puede ser sanadora o devastadora.
Puede provocar dolor o salvar. Al mismo tiempo, está ciego o no quiere ver, deslumbrado
por una falsa realidad.
Dentro de la
demonología semítica, Sammael es aquel cuyo nombre no
debe ser nombrado en Shabbat. Es el
jefe de los demonios, puesto que se disputa con Asmodeo, y
es compañero sexual de las reinas de los demonios: Agrat bat Mahalath, Isheth
Zennanim, Nahama y sobre todo Lilit.
Ellas son consideradas demonios, súcubos o ángeles de la prostitución sagrada.
Sammael es un personaje fascinante, no sólo a nivel
simbólico, o etimológico. Porque da mucho juego. Es el demonio que tienta a los
hombres, para que hagan el mal, pero lo hace estando al servicio de B’H. Esa
idea, ya de por sí, es sugestiva.
Para mantener el
equilibrio, el libre albedrío, Sammael
se dedica a tentar a los seres humanos, es el que provoca el yetzer hara, «la mala inclinación». No existiría verdadero libre albedrío,
si no existiera la tentación, la posibilidad de errar, de hacer mal.
El arcángel que
gobierna nuestro Juicio Din o nuestra
Fuerza Geburah, esta quinta sefirah, ansía a B’H y le sirve trayendo
la paz y el dolor, tentándonos, para hacernos libres de elegir.